Es la virtud que se opone a la perezas y se caracteriza por
el cumplimiento y la realización de las tares, labores y deberes de forma puntual
y con felicidad sin el sentimiento de pesar por trabajar, pero la diligencia
llega hasta en los momentos de oración al cumplirla a la hora que corresponde y
con el sentimiento principal que debe estar presente en esta, que es el amor
por nuestro señor Jesucristo.
Un ejercicio de diligencia en la oración es hacer la
coronilla de la divina misericordia a las tres de la tarde.